Aptitud física para adultos

¿Recuerdas aquellos gloriosos días de la infancia cuando la Prueba Presidencial de Aptitud Física te hacía sentir como si te hubieras inscrito sin querer en el ejército? Bueno, buenas noticias: ¡puedes revivir esa experiencia traumática ahora que eres adulto! Porque, vamos, ¿quién no quiere pasar de nuevo por la humillación de no poder hacer ni una sola dominada?

Gracias al Presidente Dwight D. Eisenhower, desde 1956 hemos tenido el placer de experimentar esta prueba que evaluaba nuestra aptitud cardiovascular, fuerza del tren superior y del core, resistencia, flexibilidad y agilidad. Pero, hey, resulta que esta tortura disfrazada de prueba también puede ser útil para los adultos mayores. Sí, lo leíste bien.

Carrera de un kilómetro: El Cardio de la Desesperación

La carrera de un kilómetro era nuestra pesadilla adolescente, pero ahora es la excusa perfecta para medir la intensidad de nuestro ejercicio. Porque, claro, los adultos mayores necesitan saber si pueden correr un kilómetro sin parecer que están audicionando para un papel en The Walking Dead. Utiliza un monitor de frecuencia cardíaca para asegurarte de que te mantienes en la zona de intensidad moderada, que es del 50% al 70% de tu frecuencia cardíaca máxima. Solo asegúrate de no desmayarte en el proceso.

Abdominales: ¡Sorpresa! No Son Tan Útiles

¿Recuerdas hacer abdominales hasta que tu abdomen gritaba piedad? Pues resulta que no eran la mejor opción para medir la fuerza del core. La posición de plancha es mucho mejor. Así que olvida los abdominales y trata de mantener una plancha sin parecer un puente colapsado. Cronometra cuánto tiempo puedes aguantar antes de rendirte al dolor y vuelve a intentarlo una y otra vez hasta que tu core sea más fuerte que tu determinación de evitar el gimnasio.

Flexiones: Calidad Sobre Cantidad (¡Ja!)

La prueba original te permitía elegir entre flexiones o dominadas. Pero seamos realistas, la mayoría de nosotros no podría hacer una dominada ni aunque nuestra vida dependiera de ello. Así que flexiones son. La clave aquí es la forma, no la cantidad. Intenta hacer flexiones correctamente y baja lo suficiente para sentir que realmente estás haciendo ejercicio. Si solo puedes hacer cinco buenas flexiones, es mejor que diez en las que apenas te mueves.

Flexión de Tronco Sentado: Porque ¿Quién Necesita Tocar Sus Dedos?

Este movimiento medía la flexibilidad de tus isquiotibiales y parte baja de la espalda. Porque, claro, todos queremos saber cuánto hemos perdido nuestra capacidad de agacharnos con la edad. Siéntate, estírate y trata de no llorar cuando te des cuenta de que apenas puedes alcanzar tus rodillas. La buena noticia es que con algo de estiramiento diario, eventualmente podrás llegar a tus dedos. Tal vez.

Carrera de Ida y Vuelta: La Maratón de los Vagos

Este test consiste en moverse rápidamente entre dos puntos. Coloca dos libros en el suelo a unos 6 metros de distancia y corre o camina entre ellos, recogiendo y dejando los objetos hasta completar cuatro viajes. ¡Felicidades, acabas de participar en la versión adulta del juego de la silla musical! Esto mide tu equilibrio y agilidad, dos cosas que los adultos mayores necesitan para evitar caer de cara en el supermercado.

Así que ahí lo tienes, la prueba presidencial de aptitud física reinventada para adultos. ¿Listo para sentirte joven de nuevo, aunque solo sea porque te duele todo el cuerpo como en aquellos buenos viejos tiempos? ¡Adelante, ponte a prueba y descubre cuán en forma (o fuera de forma) estás realmente! Y recuerda, todo esto es por tu salud… y por la nostalgia de aquellos días de escuela que pensabas que habías dejado atrás.

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